1 milesima de segundo 1 segundo 2 minutos 3 dias 5 semanas 8 meses 13 años 21 decadas 34 siglos 55 milenios 89 millones de años 1 click
¿144 beats?
Por alguna razón, la iniciativa de Swatch por crear un “tiempo mundial” no ha tenido la aplicación que podríamos creer correspondiente en la era informática globalizada. Y no es que haya sido una simple ocurrencia geek. El mismo Nicholas Negroponte, director del Media Lab del MIT, dijo en su lanzamiento: –El tiempo internet no es geopolítico, es global-. –Para muchas personas el tiempo real será el tiempo internet-. No más relación física y material con nuestra forma de medir el tiempo. Tan contradictorio como suene, el tiempo real es el virtual. Y mejor no entrar en el irreconciliable debate sobre la definición de la realidad. Pero sí en la separación entre lo objetivo y lo subjetivo.
Entre la percepción del paso del tiempo y el paso del tiempo en si.
Al invitarlo a colaborar con nosotros para este número, Manuel DeLanda hizo una observación: –Cuando escucho la palabra “subjetivo” inmediatamente pierdo el interés; son las lentitudes y rapideces objetivas las que importan-. ¿Pretende el tiempo internet, liberarnos con sus beats de ese sentido subjetivo del tiempo? De ser así, ya lo hubiera hecho (el año que entra se cumplen 10 años de su creación). Inmersos en nuestra necesidad por medir el tiempo, más que sentirlo o vivirlo, vemos nuestro entorno, como algo permanente por nuestra incapacidad de percibir su deterioro y e v e n t u a l d e s a p a r i c i ó n , pero el que no lo percibamos no lo detiene ni lo altera. Y esta noción es la que nos compete en procesos creativos. El tiempo sí pasará y sus efectos son inevitables más allá del desgaste físico. La percepción cronológica nos mueve irremediablemente a una estructura de ordenamiento y desarrollo lineal, mientras el desarrollo y el cambio de dinámicas sociales, culturales y tecnologicas se mueven en crecimiento exponencial y no lineal. Por lo tanto, nuestras creaciones tendrán que adaptarse a estos factores y aceptar el hecho de su permanencia cada vez más fugaz.
Este texto estaba siendo escrito a los @937 beats, no importa donde.