La artificialidad de lo estéril
Publicado en LOO.02
Higiene, pureza, limpieza, pulcritud, esterilidad. Todos estados artificiales y efímeros. Al pensar en un ambiente estéril pensamos irremediablemente en la suciedad, en la invasión.
La esterilidad es el estado extremo de limpieza; es la ausencia de todo, de agentes patógenos, de elementos externos; el aislamiento absoluto, la absoluta vacuidad para que algo quede lleno de nada. Es la incapacidad de crear. La limpieza es una lucha constante contra el estado de suciedad. Va directamente relacionada con la idea de perfección. El concepto de perfección es a veces contradictorio con la cualidad de balance natural, donde los términos “limpio” y “sucio” no existen. En la naturaleza, la perfección se manifiesta de forma distinta, mucho más compleja, a veces imperceptible. No es extraño que esta lucha provoque estados neuróticos, obsesiones y fobias.
Basados en lo anterior, la esterilidad es un estado utópico, por lo tanto inalcanzable. Al aceptar esta condición, podemos aprovechar la alteración irremediable de las condiciones iniciales aparentemente perfectas de cualquier proceso creativo, incluso sin poder o querer controlarlas. En una estrategia procesal donde se promueva el error, se abrirá un sinfín de posibilidades inesperadas. En vez de luchar contra lo invencible, lo podemos volver una ventaja. La suciedad nos llevará al orden.
Un buen ejemplo de experimentación en la aplicación de suciedad y desorden en ejercicios creativos es el trabajo de Carsten Nikolai para Raster Noton (www.raster-noton.de). En el disco “Vrioon”, bajo su seudónimo Alva Noto, hace una intervención sobre la música de Ryuichi Sakamoto que consiste en la adición de ‘ruido’ generado a partir de la interpretación matemática de dicha música. Una serie de algoritmos y ciclos crean una secuencia rítmica de alta frecuencia que, a primera impresión, “ensucia” el sonido puro del piano, pero conforme uno se adentra en la música, ambos planos se fusionan creando un ambiente complementario aparentemente contradictorio de esterilidad y calidez, y esta ultima lo vuelve más “habitable”: la suciedad se vuelve estéril; lo estéril se vuelve cálido.
Caso contrario es el álbum “Cyclo” donde Nikolai, junto con Ryoji Ikeda, crea un “dialogo” de algoritmos expresados en secuencias de sonidos aparentemente caóticos, creando un ambiente estéril y frío, a veces intolerable, congruente con su origen matemático y digital. Caos perfecto y perfección aleatoria. Suciedad limpia.
Este tipo de experimentación ha tardado en llegar al medio arquitectónico. Podemos notar la constante búsqueda del estado inmanentemente irreal de esterilidad tanto en proceso como en producto. Incluso es usado como medio de expresión de ideas arquitectónicas: cualquier render, por bien elaborado que esté, transmite un estado de perfección y esterilidad que delata su artificialidad. De hecho, su apego a la realidad depende absolutamente del nivel de imperfección que muestren las texturas y los cuerpos. A menor perfección, mayor ilusión de realidad. Hay una intención constante por llevar esta esterilidad virtual a la realidad.
Estamos rodeados de expresiones arquitectónicas de aparente pureza formal, insertadas en un contexto absolutamente desordenado. Cajas “perfectas” que esperan brillar por sus pretensiones de limpieza, siendo alusiones superficiales a expresiones de otros contextos que sí son congruentes a su medio. Son comunes los procesos creativos que intentan aparentar una limpieza y pulcritud inexistente, justificando la obtención arbitraria de resultados formales. Encontramos pretensiones constantes de perfección que no son más que eso: pretensiones. Cuestionable pulcritud procesal = aparente limpieza formal = esterilidad esencial. Lo estéril se vuelve a entender como vacío, como una carencia; aún cuando comenzó siendo interpretado como el extremo de limpieza, como una cualidad.
Si la suciedad es considerada como una condición intrínseca de todo proceso y no como un invasor no deseado, el resultado de dicho proceso será integro y congruente con todas sus condiciones, sin exclusión alguna. Se puede llegar a la utilización de la suciedad como un detonador de limpieza.
Lo limpio se ensucia más fácil.